martes, enero 10, 2006

SIGO SIN PODER DECIRTE

Sigues preguntando que va ser de ti, de mí, de las cosas que aún no terminan, de todo lo que dejamos sin final, haces peguntas sin respuesta.

Es tiempo de empezar el recuento de los daños, ya no escribo de ti, ahora comienzo mi historia, mi vida sin contar, mis secretos se van a caer, pero lo más triste es que en ninguno de ellos apareces.

Ya te dije que las personas nos deben de querer como somos, y por quienes somos, después de todo hemos tenido una vida llena ilusiones, de aciertos, de errores, de alegrías y tristezas, eso es lo que nos hace lo que somos y lo que un día llegaremos a ser.

Me da miedo ir por caminos separados, me da miedo perder mi papel, ya no formamos parte de un todo somos terminales amputadas, tristes anémonas que flotan sin parar, seguimos buscando un árbol de los deseos por que nuestro bosque de tulipanes se ha secado.

Seguimos en un camino sin final…

Te extraño, pero extraño más los atardeceres, las noches de luciérnagas, tu cabello húmedo sobre mi almohada, tus piernas tibias sobre las mías, y tus manos sobre mis ojos diciéndome que todo va a estar bien.

En realidad ya no tengo nada que decir, las palabras me las he acabado contigo, es hora de que busque en otro lado las respuestas que tú no pudiste dar, no por que no quisieras simplemente por que no las tienes.

Me voy… Te he dejado a solas para que no te aflijas más, ya no quiero preocuparme se que estarás bien, adiós iguana de mil colores, te regalo mi frasquito lleno de luciérnagas para que no extrañes la luz cuando los días se oscurezcan.

Que Dios nos ampare, por el daño que nos hemos hecho.
Que de mis ojos nunca desperezca tu luz infinita.
Que los sueños cada día sean menos tristes.
Que puedas mirarte a los ojos y te encuentres otra vez
En la vida y en la muerte ampáranos gran señora.

No hay comentarios.: