martes, noviembre 07, 2006

ANTES TE ESPERABA

Eran las 2 de la tarde, él la esperaba en la esquina como todos los días, faltaba una hora para que saliera de su oficina, el día era soleado, pero corría un aire frío, esos aires de noviembre, frescos, duros.

Miraba el edificio de enfrente, se seguía preguntando si era posible que de alguna manera el hotel de la esquina pudiera estar conectado por debajo de la calle con el edificio en donde él se encontraba parado, no era la primera vez que se hacia esta curiosa pregunta, antes había matado mucho tiempo pensando en lo mismo, alguna vez ocupo su tiempo en imaginar y calcular por donde y como le habrían hecho para construir un túnel por debajo de la calle, cuanto se tardarían.

Encendía un cigarro y se arreglaba la bufanda, los minutos pasaban lento, como si el tiempo no quisiera correr, miraba su reloj desesperadamente, más de tres veces en menos de cinco minutos, parecía desesperado, jalaba humo de su cigarro y volvía a mirar su muñeca, veía pasar a la gente, siluetas sin rostro, si intereses, sin vidas, una sola vez le había interesado inventar una corta historia, una tarde cruzo la calle una mujer no mayor de 30 años, llevaba un traje sastre gris, una mascada roja mal amarrada alrededor del cuello, los zapatos sucios, inmediatamente imagino las razones de porque la mascada y las condiciones de los zapatos, la siguió con la mirada hasta donde la mujer se perdió con las coches y las demás siluetas, pero este día en especial ni siquiera eso le llamaba la atención, estaba preocupado, como pocas veces, como nunca antes.

ABUELA

Siempre vengo de regreso, con la cabeza inclinada, con las manos partidas y los pies cansados, esperando verte, esperando que aún no te hallas ido, y entonces te veo ahí sentada pintando las estrellas con los ojos, y me cuesta trabajo creer que no eres tú, que ya te has ido, que sólo quedo yo, entonces me revuelvo entre las paredes buscando tu olor, pero es inútil, te has ido, el soplo siempre está aquí, no preguntare cómo fue ni que paso, sólo Dios sabe en dónde estas y por qué te llevo.

Sólo Dios lo sabe y demos gracias de que te llevara por que con él vas a estar como nunca antes lo estuviste, sabes abuela que te amo y con estas lagrimas que alguna vez tu limpiaste te digo te amo y nunca te voy a olvidar, esto es para ti mujer bendita.

Bendita seas abuela, te amo con los luceros que me enseñaste a no contar, te amo con la puerta de la cocina vieja, te amo con en esas noches que me dedicaste sentada junto a mi en las piedras, viendo el cielo en el pueblo, te amo con tus palabras cuando me llevabas a la iglesia a las fiestas y a la escuela, te amo como aquel pájaro que se posaba en cables afuera de la casa, te acuerdas abuela, te amo porque eres todo, te amo por que recuerdo como eras, te amo por esas tardes cuando te sentabas a mi lado a enseñarme a dibujar, te amo por que me dijiste que me amabas, te amo por quien fuiste, te amo por ser mi abuela, gracias abuelita, gracias por existir.

Bendita seas mujer, que estuviste a mi lado, cuando enferme, cuando llore, cuando mi padre me hizo falta, no sabes cuanta falta me haces, no sabes cuantas cosas hubiera querido que vieras, pero ahí estas detrás de las mañanas, detrás de cada día soleado, detrás de cada sol que se levanta día a día, todavía te veo sentada en el patio de la casa, en el sillón, tejiendo tus tapetes, en dónde estas abuela, en dónde estas, por qué no te veo, por que no estas aquí, a dónde fuiste.

¿Me estas esperando verdad?, platica conmigo por última vez, y si ves un ángel dile que lo estoy buscando.

Te amo abuela nunca me dejes

OTRA VEZ EL GATO

Mi amiga el gato, sigue extrañando Oaxaca, sigue esperando esa coincidencia, esa causa fortuita que la acerque a ese lugar en donde perdió el corazón.

Cree que en estos meses ha extrañado más que en los anteriores, pero no, yo la conozco y se que tiene muchos años enferma, esperando ese momento, recorriendo en su cabeza las calles de Oaxaca.

Sigue con su madejita de hilos, como la ultima vez que la vi, escondida en un rincón, viviendo los días pero sin vivirlos, sigue prestándole su tiempo a otra, a esa que pretende ser, a esa que se viste de oficina, que se arregla y se acomoda, pero la gatita sigue ahí, esperando poder salir, poder terminar con esa maldita enfermedad.

Lo siento gato creo que nadie puede contestar tu pregunta de si él todavía piensa en ti, por lo menos yo si lo hago, se que eso no te consuela mucho, pero recuerda que siempre voy a estar por que se que tú también eres dramáticamente negra.

Mientras dejare que mi tristeza siga escribiendo por mi, que ella siga llegando a meterse en mi cuerpo y tome mis dedos para decir, gato nos vemos en Oaxaca.

DE NOCHE

De noche vienes a mi, por las mañanas te levantas, te bañas, te pones tu traje sastre y te encaminas a la puerta.
De noche vienes a mi, me tocas y te metes en mis huesos a dormir, te das vuelta una, dos o hasta tres veces, tu cansancio no se acomoda.
Ya de mañana, como a eso de las 6 te levantas, preparas un café, te secas el cabello, te acomodas tu traje sastre y te vuelves a ir; me quedo sentado mirándote desde la ventana, te dibujas en el aire, te pierdes en mi inconciencia.
Y vuelves a venir, de noche otra vez, de 10 a 6 como es tu costumbre, como si supieras que antes y después de esa hora es imposible que nos veamos, te desnudas, tu traje sastre me aburre, lo odio, nunca me ha gustado el café para la ropa, eso lo sabes muy bien.
Son las 6, otra vez te vistes y te vas, cuándo será el día que quien se vaya sea yo?
Cuándo me pondré yo el traje sastre, preparare café y no te dejare dormir por las noches?
No te puedo decir adiós, pero si hasta mañana, que descanses.

De noche vienes a mí, a tocar la puerta, a meterte en mi cama, entre mis piernas, en mis recuerdos, en mis noches de desvelo, en mi saliva, en mi sexo y siempre de 10 a 6.

CRÓNICAS PÁNICAS

Voy a buscar algunas crónicas pánicas que a algún transeúnte despistado se la han caído
Y después de eso, buscare dos chicas, son gemelas unas tales siamesas lynch, para robarles un poquito de esa santa sangre que necesito para un veneno de hadas que estoy haciendo
Y cuando finalmente termine, me voy a dar un tiro en la cabeza, en la sala de mi casa, con una maceta al lado, para chorrear la sangre, por que es de muy mal gusto manchar el piso
Después cuando me encuentren, en mi mano derecha habrá una nota: No hubo tiempo de bailar, ¿cómo se baila una canción? soy pésimo bailarín
En la otra mano habrá un frasco con luz de luciérnagas, para que de noche lean esas crónicas pánicas que me encontré tiradas en el suelo
Entonces se me despegaran los pies del suelo, flotare sin despegar la mirada del reloj, igualito al que me esta asfixiando
Hay gente a la que no le puedes decir adiós por más que lo intentes. Por más que las distancias siderales se hagan infinitas.

Bueno iré a buscar mis crónicas pánicas
Debajo de las piernas de una mujer o entre la bragueta de algún degenerado acosador de adolescentes
Probablemente entre la dulce miel que queda en una cama después del sexo
O en las asquerosas lagrimas de un estupido niño que llorar por un dulce
Pero algo me dice que si me arranco las uñas entre ellas encontrare algo
No!! Es mejor buscar entre las canas de una anciana, o entre las mentiras de una mujer, o mejor aún en el adulterio de un hombre mayor que llaga a su casa besando a sus hijos después de haberse revolcado en el lodo de la calle
No, mejor busco debajo de mi cama, se me hace que por ahí se me cayó
Y de paso le doy una barridita por que ya salen bolas de pelusa.