martes, septiembre 28, 2004

ÁNGEL SIN ALAS



Todas mis mañanas, te veo recostada en la cama, con tus cabellos negros ocupando todo el espacio de mi almohada, enredada entra mis sabanas amarillentas.
Me levanto sin hacer ruido, sin despertarte, para poder contemplar tu belleza, tu cuerpo desnudo, sudado.
Me siento en el sillón que está al lado de la cama, en silencio te vuelvo a mirar, hasta cansarme.

… - - Para quiero los pies si tengo alas para volar; nunca como antes te amé, me dueles en cada parte, en cada momento, en cada respiración; sin prisa camino a esa habitación sin paredes, al encuentro de un ángel sin alas.

Tres segundos de dolor, una imagen de nostalgia, dos cadenas y una flor… Después de ti… la luz.

Las sabanas amarillentas huelen mal, sigues tendida en el mismo lugar, un sorbo a mi café y nada cambia.

La puerta se cierra, la nostalgia se queda contigo.

Después de ti… la luz.


sábado, septiembre 25, 2004

UNA MIRADA...


Me miras con los ojos encendidos, como si quisieras decirme algo… ; ¡eh! no te escucho háblame más fuerte… pues no, ya no escucho ningún ruido, dónde estoy, no recuerdo este lugar, lo ultimo que vi fueron tus ojos.

Ah como recuerdo tus ojos, la mirada, su color, - Dime dónde estoy, no seas hija de la chingada- ¿ya no me quieres?.

Antes te encontraba tirada en el solar con los ojos bien abiertos mirando el cielo, debajo de ese aguacate que apenas dejaba pasar uno rayos de luz, tu falda roja y esa blusa que dejaba ver más de lo que yo podía imaginar, ¿te acuerdas?.

¡No ya no te escucho¡.

-En la vida y en la muerte ampáranos gran señora- …

viernes, septiembre 24, 2004

CON LAS PATAS PA´RRIBA

De mañana las migrañas son insoportables, sentados en la mesa procuro no mirarla por que más allá de su rostro existe enojo.
¡Entonces!…el vaso que sostenía con la mano se estrello en el piso, sus manos se crispan en su cabeza, -el dolor, el maldito dolor que no me deja-.
No hay más que hacer, debajo de la mesa mis manos empuñan un frasco, lentamente lo abro; al abrirlo un sonido suave corre por el comedor, es el oxido de la tapa… Ella se levanta gira en torno a su silla –me va a descubrir- pasa a un lado mío, no voltea a verme, ahora me siento más seguro, se dirige a la cocina.
Ya no soporto esta ansiedad, todas las mañanas son iguales, lo único que tengo que hacer es levantarme, tomar su taza y rociar una cucharada de este frasco, nadie lo va a saber, estamos solos.
Ella nunca regresó de la cocina, las mañanas siguen siendo iguales, y yo sigo con las patas pa´rriba.

MUERTA



Me conformo con saber que de noche andas por ahí, me conformo con el olor en mi ropa que aún guarda tu recuerdo.
Entonces me levanto de pronto, agito mis manos en la sombra y no siento nada... te fuiste otra vez, me dejaste, seco, aburrido; sin más.
Recojo mis muletas y limpio la sangre que queda entre mis dedos, no alcanzo a ver la salida, me asfixio; ayudame.
Lo siento, ahora estoy un poco más tranquilo, la pierna buena me dule, la gente en la calle me voltea a ver, disimulo, sigo caminando, tu olor me persigue... No fui yo, cuando llegue sólo aparecio en mis manos, te juro que no fui yo.
Me conformo con saber que de noche andas por ahí, me conformo con el olor en mi ropa.