domingo, noviembre 09, 2008

ADIOS MILAGROS VEYTIA

Me enamoro de ti dos veces por semana, como si no fuera suficiente pensarte todos los días y recordar cuantas veces me equivoque.
Aveces te imagino entrando por la puerta de la casa de la estrella, sentandote en la sala de los Sauri, impaciente, indomable, con ese aire de altaneria que tiene tu rostro, con tu alma impetuosa queriendo saltar por entre los botones de tu blusa, te imagino caminando de mi brazo, elegante, liviana, perdida en tus pensamientos, lejana como sólo tu sabes serlo, aveces entre esos espacios que me deja tu forma de ser vuelvo a pensar la historia y recuerdo cada uno de los parrafos, Diego era de Chetumal según cuenta la historia, y por casualidades de la vida tú estas en la misma peninsula.
Ay Milagros, acaba de irte por favor, por que a mi me faltan las fuerzas de Rivadeneria y no se soportar, no se fingir, no se aguantar, acaba de irte, por que muchas veces te veo caminando delante de mi, y corro para alcanzar tu mano.
Fue febrero cuando te conoci, cuando me enamore de golpe y sin regreso, cuando yo no podia y parecia que tú estabas dispuesta, cuando pense que ibas a estar toda la vida, fue febrero cuando empezo lo que hasta hoy no he podido terminar, ay Milagros por que no te vas de jalón, dejame aquí, por que en verdad que quererte así hace daño.
Cuando pase el tiempo y decidas volver, espero estar sentado con el tiempo detenido entre mis manos, y ponerlo en marcha nuevamente para vivirte completa, para disfrutar de tus ojos, de tus manos, de caricias imposibles, y de la huella imborrable de tus besos.
Te quiero Milagros, y queriendote espero que dejes tus manifiestos y satisfagas tus libertades, que vengas a dormir a casa dos o tres veces, que no te comprometas y juegues conmigo a querernos sin querer, a que decidas ser mi Milagros por que yo inconfundiblemente soy tu Rivadeneira, quiere verte en el terreno en que todos los conflictos se resuelven.
Me enamoro de ti dos veces por semana, como si no fuera suficiente pensarte todos los dias y saberte lejos, adios Milagros Veytia.

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